Es normal que todos pensemos que los juguetes eróticos son cosa de de ahora.
Con la evolución de la tecnología y el boom de las redes sociales entre otros fenómenos socio culturales se ha popularizado en los últimos años la venta de juguetes sexuales, así como también ha incrementado el número de tiendas eróticas en las grandes y pequeñas ciudades.
Sin embargo les sorprenderá saber que el uso de juguetes para la autosatisfacción y juego en pareja existe desde tiempos prehistóricos.
Según descurimientos científicos se encontraron consoladores de piedra en cuevas en Alemania que datan del año 23000 AC, al parecer estos juguetes se fabricaban para ayudar a las parejas en sus relaciones durante la edad del hielo, seguramente les hacía mucha falta una ayuda 😀
La misma cleopatra del antiguo egipto tenía juguetes eróticos y no dudaba en autocomplacerse, se dice que tenía una especie de consolador de cuero donde tenía abejas que al zumbar le producían placer, se podría decir que fue el inicio de los vibradores?
Otro dato curioso es sobre el Aceite de Oliva, pues parece que además de ser muy util en la cocina, fue uno de los primeros lubricantes íntimos que se usó.
Y si piensas que las sex shop son cosa de ahora, te cuento que las primeras tiendas eróticas se crearon en italia durante el renacimiento, a estas pequeas tiendan acudían muchas mujeres no solo de italia sino que exportaban a muchas partes de Europa.
La Primera Sex Machine
El primer consolador con movimiento lo creó un señor llamado George Taylor, como una cura para la enferemdad de «Histeria» que le daba a las mujeres yas volvía locas del deseo. Funcionaba a vapor, hoy puedes ver cantidad de estas máquinas en las sex shop, y puedes adquirirla por encargo aquí.
Las muñecas inflables de Hitler
En la Alemania nazi, se les daba a lossoldados muñecas inflables para que no fueran a satisacer sus deseos con prostituas y contraer enfermedades. Quieres comprar una mueca inflable? Cómparala por encargo aquí.
Pues ya ven, nuestros antepasados si que sabian satisfacer sus necesidades, y cada día aumenta el número de personas que disfrutan libremente su sexualidad y no temen entrar a una sex shop o pedir a domicilio sus juguetes favoritos.